"Por la misma razón que difícilmente existe el "crimen perfecto", pues el criminal no puede controlar la fractalidad de su existencia (esto es, las mil e insondables formas que testimonian su presencia en el mundo), así pasa con todos y cada uno: no hay manera de que podamos borrar las “huellas” que nuestro ser-en-el-mundo ha ido dejando, y cuya mayor parte ni siquiera podemos imaginar. Por eso, al morir, sólo muere la mitad de nosotros, la otra mitad –el mundo configurado entorno nuestro– sigue ahí presente para siempre. Es como el caso del “miembro fantasma”: quien ha perdido un brazo o una pierna sigue contando con ese miembro, sintiéndolo, usándolo (en ‘intención’), porque el mundo efectivo, las cosas que hacía, que se amoldaban a su ser, que le respondían, siguen ahí presentes, reales: no murieron con la extremidad amputada. Sólo la mitad de nuestra existencia muere cuando morimos. Sólo hay que medio lamentarse…"
-Mario Teo Ramírez Cobíán
"La felicidad sólo consiste en ser plenamente conscientes de lo que vivimos o hacemos en el preciso momento en que lo vivimos o hacemos –haz la prueba."
-Mario Teo Ramírez Cobián