AUTOESPERA
(René Leiva)
El cuarto estaba vació, pero en el cenicero una colilla mal apagada aún despedía humo. Por el espejo vi su sombra integrarse a la noche. Su grito me llegó por los rieles de un tímido viento,
De regreso, encendí un cigarrillo y me senté a la espera frente al espejo. Apenas pude levantarme cuando escuché los pasos en la escalera.