LÍO LETAL
(J. Jesús Ávila Zapién, de ¡Sahuayo, Michoacán!)
La línea litoral labraba las lisas lomas. Lejos, límpidos lirios languidecían la lama; luces líquidas lindaban lindas lozanías. Las lujosas lanchas lustraban los lugares.
Lilia loaba lágrimas. La lesbiana Lucrecia le latía lejanamente, (Lucio López la lamía lujurioso, le levaba lascivias, lontananzas…). ¡Lástima!, le latigueaba la Lucrecia: lazos lúdicos las liaban lelas, legislaban laudables ligazones, locuaces libertades…
¿Lo loco?: la Lucrecia, le ladeaba las lacias lapas, las leves lencerías; ladina, le licuaba los lumbares labios, lubricándoselos; laborando largamente lerda… (lácteos legados linguales le libaban la legión lúmica, levemente lampiña.)
Lucio, lastimoso lacayo, lustrabotas; limaba límites. Licitudes libidinosas “le levantaban la liana larga”, (¡lamentablemente laxa!), libertando la lava, los léperos letargos lacrimosos… Los legítimos líos lúbricos le legaban lata. Luego, Lilia, ¡lentamente le lanzó la lastima!
Lucio, leal, lazaba laberínticos lamentos, lo lituano, lo lebrón, le lucía: ¡la linchó, lunático!, lanzándole letal ladrillo… Luisa, levitaba lejos, lodosa, los lados luxados...
¡López lo lamentó!...
La latente lápida, ¡lastimera!, legaba luto, laicos laureles.
Las leyes litigaban laudo: lapso largo, local lóbrego (¡lección lógica!)
Lucio, listo, lárgase lejos... ¡libre!
¡Lástima!, lo localizan… ¡Logra luchar!, lo lastiman leños…
La ley lo limita: lo liquida la lumbre...
Locuazmente lacerado,
luce lúgubre
letargo.