CUADERNO AZUL NÚMERO 2
Daniil Kharms
Había un hombre pelirrojo que no tenía
ojos ni orejas. Ni siquiera tenía cabello, así es de que eso de que era
pelirrojo es un decir.
No podía hablar porque no tenía boca. Tampoco tenía nariz.
Ni siquiera tenía brazos ni
piernas. Tampoco tenía estómago ni espalda ni espina dorsal ni
intestinos de ningún tipo. De hecho, no tenía nada. De modo que es muy
difícil entender de quién estamos hablando.
Tal vez sea mejor ya no hablar nada más de él.