"Yo no fui artista porque razono mucho las cosas. El artista procura pensar no con la mente, sino con el cuerpo: la conciencia está corporalizada cuando el artista crea".
-Palabras más, palabras menos, de una reflexión en clase del Dr. Mario Teodoro Ramírez Cobían a partir del pensamiento de Maurice Merleau-Ponty.
Yo que me quejo tanto de la deseducación que uno recibe en la escuela, en todos sus niveles; de la perdedera de tiempo que es estudiar, pues la vida académica me parece una forma con que la sociedad mantiene un sistema de castas... (Sistema al que yo aspiro, pues si no, ¿para que sigo estudiando?... ¿Acaso no aspiro inconciencientemente, o ahora concientemente, a tener un doctorado (quizá en letras) para poner a mis alumnos a trabajar por mí...? Cuando uno ve como trabajan (y vaya que trabajan), por ejemplo, los albañiles, me guardo una respuesta, por si alguien me formula la pregunta ¿para que estudias, Edgar?: Por flojo; para trabajar menos, para eso estudio, respondería.
En fin, bien que mal toda mi vida he estudiado, aunque luego haya dejado lo que estudiaba (caso de la Lic. en Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM.) Muchas veces me he sentido que no he podido ser "yo" por atender a las clases y las tareas. La mayoría, sobre cosas que no me interesan y que ya he olvidado o quisiera olvidar para poder dedicarme a eso que siempre he dejado en segundo plano y que paradójicamente es lo que más amo: escribir mis cuentos.
Sin embargo, he de decir que es un honor tener a maestro como el Dr. Teodoro Ramírez. Aún más, si de algo estoy agradecido, y me dan ganas de presumir, es de haber tenido algo así como una decena de maestros de su nivel. Algunos otros que me han marcado hasta el hueso son Jaime Casillas (SOGEM), Hugo Argüelles (SOGEM), Roberto Meza (UAM), Rosario Herrera (Maestría), Alberto Chimal (taller de cuento) Jaime Chabaud (SOGEM), Ana Cristina Ramírez (Maestría), el maestro Lupillo (preparatoria), la maestra Leonor Vázquez (secundaria). Creo que me faltarán dos o tres por nombrar. Algunos de ellos quizá no me recuerden, sea porque fui sólo un alumno sin mayor chiste o porque ya están muertos (los dos primeros).
Maestros como ellos reivindican ante mis ojos mis aspiraciones académicas.
(¿Ven?, por eso casi nunca pongo nada de mi vida personal en este blogcito, porque luego salen cosas como la que acabo de escribir, que no son nada en claro. Tiene más bien la estructura de un grito.. Procuraré no borrarlo, como si lo he hecho con otros :)
Salud.