LA CASA ENCANTADA
Anónimo,
Famous Ghost Stories, Bennet
Cerf (Antología), 1944.
Una
joven soñó una noche que caminaba por un extraño
sendero campesino, que ascendía por una colina boscosa cuya cima estaba
coronada por una hermosa casita blanca, rodeada de un jardín. Incapaz de
ocultar su placer, llamó a la puerta de la casa, que finalmente fue abierta por
un hombre muy, muy anciano, con una larga barba blanca. En el momento en que
ella empezaba a hablarle, despertó. Todos los detalles de este sueño
permanecieron tan grabados en su memoria, que por espacio de varios días no
pudo pensar en otra cosa. Después volvió a tener el mismo sueño en tres noches
sucesivas. Y siempre despertaba en el instante en que iba a empezar su
conversación con el anciano.
Pocas
semanas más tarde la joven se dirigía en automóvil a Litchfield, donde se
realizaba una fiesta de fin de semana. De pronto tironeó la manga del conductor
y le pidió que detuviera el automóvil.
Allí,
a la derecha del camino pavimentado, estaba el sendero campesino de su sueño.
—Espéreme
un momento —suplicó, y echó a andar
por el sendero, con el corazón latiéndole aloca-damente. Ya no se sintió
sorprendida cuando el caminito
subió enroscándose hasta la cima de la boscosa colina y la dejó ante la casa
cuyos menores detalles recordaba ahora con tanta precisión. El mismo anciano
del sueño respondió a su impaciente llamado.
—Dígame
—dijo ella—, ¿se vende esta casa?
—Sí
—respondió el hombre—, pero no le aconsejo
que la compre. ¡Esta casa, hija mía, está frecuen-tada por un fantasma!
—Un
fantasma —repitió la muchacha—. Santo Dios, ¿y quién es?
—Usted
—dijo el anciano y cerró suavemente la puerta.